Ya hecha nuestra visita al Teatro Griego, retomaremos el camino hacia los jardines de Mossèn Cinto por la avenida de l'Estadi. Mientras vamos subiendo, dejaremos atrás la Fundación Miró.
Este edificio dedicado a Miró, famoso pintor y escultor catalán, fue construido por el mismo Joan Miró y la ayuda de Josep Lluís Sert el 10 de junio del 1975. Ahora mismo acoge gran variedad de exposiciones, dedicadas en su mayoría al arte contemporáneo.
Mientras vamos caminando vemos que la calle cambia de nombre a avenida Miramar, que nos lleva finalmente hasta los jardines.
Una vez estamos paseamos por el sendero del parque, nos invade el olor de las flores, y damos un paseo hasta los lagos. Una vez allí, vemos cuatro ejemplares de Ginkgo biloba, el árbol que esta considerado un fósil viviente. Este mote se lo ha ganado por el echo de que se separo de la rama evolutiva de las plantas hace unos 270 millones de años. Eso quiere decir que este árbol tiene su propia familia y es, literalmente, único en su especie.
También es famosos por las diversas aplicaciones en la medicina que tiene, por ejemplo, se usa para tratar casos de varices u otras relacionadas con la circulación, ya que provoca el aumento del flujo sanguíneo. También lo recomiendan como tratamiento preventivo al alzheimer, así como para el asma, la piel seca o sobre las secuelas de accidentes vasculares cerebrales, entre otros.
A parte de la gran variedad y cantidad de flores que ha, estos jardines destacan por una cosa en particular: las plantas acuáticas. Y es que estos jardines constan de 2.800 m2 de todo tipo de plantas acuáticas.
Una vez hemos disfrutado del entorno de los jardines, nos dirigimos al punto de encuentro, en el estadio olímpico, para finalizar el recorrido y, a la par, nuestro ultimo día de itinerario
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